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Los Derechos Humanos en Colombia de Álvaro Sepúlveda

Reseña

Por Diego Gil Parra, abril 24 de 2023

Los Derechos Humanos en Colombia, publicado a inicios de 2023 por la editorial Escuela Ciudadana, es el tercer libro de la serie CAJA DE HERRAMIENTAS SOBRE DERECHOS HUMANOS. Los dos anteriores, cuya lectura se sugiere, son: Derechos humanos y nuevas ciudadanías, que analiza los derechos estipulados en la Constitución colombiana, así como la legislación y jurisprudencia reciente al respecto por parte de la Corte Constitucional; y Mecanismos e instrumentos de protección de los DDHH, que enumera y explica las herramientas jurídicas que permiten hacer valer los derechos fundamentales.

En este tercer libro, el autor –abogado especialista en derecho público, profesor de Constitución política y Derechos Humanos en varias universidades, fundador de la Escuela Ciudadana y director ejecutivo de Transformapaz, entidad promotora del centro de conciliación Convivencia & Paz– ofrece elementos históricos y conceptuales para comprender la manera en que ha evolucionado esta problemática en uno de los países más castigados del mundo en materia de vulneración sistemática de derechos. Lo hace con un claro dominio del tema, producto de su experiencia de varias décadas como defensor de DDHH, docente e investigador, y respaldado por una especializada y abundante bibliografía.

A lo largo de 180 páginas, y de 10 capítulos escritos en un lenguaje universalmente accesible, se realiza aquí una prolija y documentada revisión histórica de los derechos humanos en Colombia, que parte de las devastaciones humanitarias de la época de la Conquista y la Colonia –en especial el despojo y el genocidio de la población indígena y la esclavitud de africanos–, pasa por la etapa de la Independencia, incluye periodos significativos como el de la Revolución en Marcha de los años treinta del siglo XX, y llega hasta nuestros días. A propósito del presente, se aborda el episodio de la pandemia del cóvid-19, el estallido social de 2021, y la agenda del actual Gobierno del Cambio de Gustavo Petro y Francia Márquez en relación con la promoción-defensa de los derechos de primera, segunda, tercera y cuarta generación a partir de su consigna de campaña, “Colombia, Potencia Mundial de la Vida”. Resulta de particular importancia, y genera mucha expectativa, el modo en que estos nuevos gobiernos progresistas de Latinoamérica asumen y reivindican, cada uno a su modo y en consonancia con sus especificidades nacionales, el ideario de la defensa de los derechos fundamentales.

Con profundidad de análisis, se auscultan los numerosos y determinantes desafíos que enfrentan los DDHH en Colombia, al tiempo que se enfatiza en las oportunidades y avances conseguidos en su protección y promoción. Es así como se abordan, entre otras, temáticas como la esclavitud, la traducción de Los derechos del hombre y del ciudadano por parte de Antonio Nariño, el Estado de Bienestar, las reformas constitucionales y sus lentos pero positivos avances, el estado de sitio y el estatuto de seguridad,, los aportes legislativos y jurisprudenciales de la Constitución del 91, los nuevos enfoques en derechos, el papel de los movimientos sociales y sus luchas (sindicales, étnicas, estudiantiles, de discapacitados, feministas, ambientales, etc.), el proceso de paz y sus dificultades, el Informe final de la Comisión de la Verdad, las restricciones a las libertades durante la pandemia y durante el estallido social de 2021, y la inclusión de derechos en el actual programa de gobierno.

Como es ampliamente sabido, Colombia es una sociedad política en la que los DDHH saltan a un primer plano por lo mucho que se los desconoce e infringe, ahora y desde hace décadas, debido a que en el país ocurren no solo una, sino múltiples guerras. El gran saldo de ese panorama bélico son millones de víctimas de esclavismo, explotación, asesinato, desaparición, tortura, secuestro, extorsión, violencia sexual, desplazamiento interno, migración externa, amenaza, reclutamiento forzado de menores de edad, afectación por la violencia contra un familiar, etc.

Esta sistemática violación de los derechos humanos, de las que son responsables varios sectores, y que se presentan en el marco de unas situaciones sociales, económicas, políticas y culturales, internas y externas, muy complejas, ha hecho que en diversas ocasiones el país haya sido catalogado como el más violento del mundo. Se trata sin duda del mayor drama humanitario de América latina, y uno de los más graves a escala global.

Y esta situación ocurre a pesar de que el país está adscrito desde 1948 a diversas asociaciones internacionales protectoras de los derechos humanos (entre ellas la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, y la misma Declaración Universal de los DDHH de la ONU), y pese a que, en su Constitución Nacional vigente, la de 1991, se define como Estado social de Derecho “fundado en la dignidad humana”. Pero como es ya costumbre secular en Colombia y en otros países de la región, estas adhesiones institucionales y estas formalidades constitucionales, que son un mínimo civilizatorio para regular la vida en democracia, se quedan en el papel, casi nunca pasan a la realidad sociopolítica concreta. Además, la historia se ha encargado de demostrar el relativo fracaso, los escasos logros, de los organismos nacionales e internacionales de DDHH, que en su empeño por defender a los seres humanos de la opresión y el abuso que se cometen en su contra, no han podido evitarlos, así como no han podido evitar las guerras, aunque algo han hecho y hacen para bajar la intensidad de algunas y mitigar sus efectos.

Es evidente que textos como el de la carta constitucional de 1991 reflejan un compromiso histórico con los derechos humanos, que viene desde la Independencia, pero también lo es que en el país quedan pendientes desafíos significativos, sobre todo en derechos económicos, sociales, étnicos, culturales, ambientales, así como en derechos de las personas y colectivos más vulnerables, y de los movimientos sociales emergentes.

Se espera que tanto los ciudadanos como las instancias gubernamentales, luego de tomar conciencia de este preocupante panorama, se esfuercen por proponer y aplicar alternativas para mejorarlo durante esta y las próximas generaciones. Y en especial, sin desconocer las particulares dificultades de un medio como el colombiano, se espera que se cumplan, si no todas al menos sí la mayor parte de las metas que en el ámbito de la protección a los derechos humanos se estipula en el Plan de Desarrollo 2022-2026 del actual Gobierno del Cambio.

Este libro del abogado y profesor Álvaro Sepúlveda es una muy valiosa herramienta no solo para estudiantes, juristas, académicos, líderes y defensores de derechos humanos, sino para un público más amplio; para todo aquel que, de uno u otro modo, y en distintos grados de intensidad, se interese por las complejidades, retos y oportunidades que supone garantizar y proteger los derechos fundamentales en el contexto de nuestro convulsionado país en proceso de cambio y evolución constante.

Libros así son hoy cada vez más necesarios en momentos en los que urge comprender las convulsiones en que ha estado sumida la sociedad colombiana para abrir caminos de esperanza que permitan superar los estragos múltiples de las múltiples violencias y sus graves afectaciones humanitarias. Son cruciales ahora que nos enteramos a diario de los asesinatos de líderes y lideresas sociales y de defensores de derechos humanos, en medio de lo cual buscamos fortalecer nuestra frágil democracia transitando hacia un Estado social, democrático, ambiental, vislumbrando la posibilidad de una paz total y definitiva con los diversos actores del conflicto armado.

Como dijo Martin Luther King en la frase elegida como epígrafe del libro:

Comprométete con la noble lucha por los derechos humanos. Harás una mejor persona de ti mismo, una gran nación de tu país y un mejor mundo para vivir”.