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El relevo generacional femenino en el Gobierno del Cambio en Colombia

Por Álvaro Sepúlveda Franco, julio 29 de 2023

En Colombia por mucho tiempo, al igual que en todos los demás países, el poder político (ejecutivo, legislativo, judicial) ha sido ejercido mayoritariamente por hombres. El patriarcado se ha impuesto, desde hace unas décadas esto ha ido cambiando, tras la presión del feminismo y el avance de la cultura, aunque no de modo completo. En nuestro país, la “Ley de cuotas”, ley 581 de 2000 dispone que “Mínimo el treinta por ciento (30%) de los cargos de máximo nivel decisorio, serán desempeñados por mujeres”. Posteriormente se expide la ley 823 de 2000, con el fin de “orientar las políticas y acciones por parte del Gobierno para garantizar la equidad y la igualdad de oportunidades de las mujeres, en los ámbitos público y privado”.  Debemos reconocer que la participación política de las mujeres en el Congreso de la República ha evolucionado positivamente, actualmente la participación es cercana al 30%. Aunque aún hay retos pendientes para lograr una representación política equitativa y efectiva de las mujeres en el país.

De todos modos, durante los últimos años algunas mujeres han ocupado altos cargos en distintas instituciones estatales y empresas privadas. Tendencia que ha mantenido el Gobierno del Cambio de Gustavo Petro y Francia Márquez mediante el nombramiento de varias mujeres en los ministerios como los de Agricultura, Salud, Minas y Energía, Medio Ambiente, Cultura. Cuatro ejemplos de ellas son, entre otras, Carolina Corcho Mejía, María Susana Muhamad González e Irene Vélez Torres: mujeres jóvenes, estudiosas, preparadas, con sentido del liderazgo y capacidad administrativa, además de comprometidas con los cambios estructurales propuestos por el progresismo. Sin olvidar que también hay lideresas con perfiles similares en las gobernaciones y alcaldías, al igual que en las asambleas y los concejos a lo largo y ancho de la Colombia política; también en el parlamento, como es el caso de la representante a la Cámara María Fernanda Carrascal Rojas.

Ya quisiera la oposición y los gremios empresariales contar en sus directivas con mujeres como éstas, cuyas gestiones y preparación académica sorprenden a menudo, como puede observarse en las siguientes breves semblanzas:

Carolina Corcho, ministra de Salud y Protección Social entre el 7 de agosto de 2022 y el 26 de abril de 2023, retirada de su cargo por presiones de los sectores de la oposición derechista y de algunos medios de comunicación que la calificaban de “radical” o “intransigente”, nació en Medellín. Es médica egresada de la Universidad de Antioquia, psiquiatra de la Universidad Nacional de Colombia, y con maestría en estudios políticos de la Universidad Pontificia Bolivariana. Ha sido profesora universitaria, además de vicepresidenta de la Federación Médica Colombiana (que asesora al gobierno nacional en políticas públicas de salud y educación del sector), presidenta de la ONG Corporación Latinoamericana Sur (entidad de la sociedad civil dedicada a políticas públicas, asuntos agrarios, económicos, sociales, salud, y de derechos humanos), al igual que de la Asociación Nacional de Internos y Residentes, ANIR (desde donde batalló por la salvación del Hospital San Juan de Dios y por la convocatoria de la ley estatutaria de la salud). Es cofundadora de la Red de Mujeres Progresistas de América Latina, que agrupa partidos políticos y organizaciones de la sociedad civil. Participó, junto con sectores académicos, científicos, de la sociedad civil y políticos, en la coordinación del comité de impulso de la Cumbre Social y Política por la Reforma Estructural al Sistema de Salud. Ha hecho parte de la Gran Junta Médica Nacional, que agrupa a los presidentes de los gremios médicos a nivel nacional que propusieron la ley Estatutaria 1751 de 2015, y del Consejo Nacional de Salud Mental. Por esta trayectoria, el entonces alcalde de Bogotá Gustavo Petro la nombró directora de Participación Social en la Secretaría de Salud de Bogotá entre 2014 y 2016. ​Es coautora de los libros El Derecho Fundamental a la Salud: Retos de la ley estatutaria (2020) y Agenda de Transición Democrática: Otra Colombia Posible (2022), y ha publicado en el país y el exterior artículos sobre temas médicos, sociales y políticos. Continúa defendiendo los lineamientos del gobierno en foros nacionales e internacionales.

María Susana Muhamad es la actual ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible desde el inicio del actual gobierno. Oriunda de Bogotá, es politóloga y ambientalista. Estudió Ciencia Política en la Universidad de los Andes, y tiene maestría en Gestión y Planeación del Desarrollo Sostenible por la Universidad de Stellenbosch de Sudáfrica. Entre 2004 y 2009 fue consultora de desarrollo sostenible de Shell Global Solutions International en La Haya, Holanda. Durante la alcaldía de Bogotá de Gustavo Petro fue asesora de despacho de la Alcaldía, coordinadora del equipo de gerentes transversales, secretaria general y secretaria de Ambiente. También fue concejala de su ciudad entre 2020 y 2022. Se desempeñó como vicepresidenta de la junta de coordinación nacional del partido Colombia Humana en 2021, cuando esta organización obtuvo su personería jurídica. Desde el ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible ha promovido la prohibición del fracking en la extracción de hidrocarburos, y a inicios del presente año se ha propuesto incrementar la meta de reforestación: pasar de 187.500 hectáreas anuales a 750.000 en 2026.

Irene Vélez Torres, hasta hace pocos días ministra de Minas y Energía, es una bogotana que estudió filosofía en la Universidad Nacional de Colombia, tiene una maestría en estudios culturales en la misma universidad, y un doctorado en Geografía Política en la Universidad de Copenhague, Dinamarca. También fue becaria​ fulbright para realizar un posdoctorado sobre Ingeniería Ambiental y Ciencias​ en Clemson University, Estados Unidos, en 2020, además de realizar una investigación postdoctoral en el Centro de Estudios Sociales de la Universidad de Coímbra en Portugal en 2021 bajo la dirección de Boaventura de Sousa Santos. ​Ha sido investigadora y profesora de la facultad de Ingeniería de la Universidad del Valle y editora asistente de la revista académica Geoforum. ​Además, lideró procesos contra la minería ilegal en Colombia y en pro de la transición energética. Obtuvo la distinción como Dama Gran Cruz de la Orden del Mérito Civil en el Reino de España en abril de 2023. Con su esposo Sjoerd Van Grootheest ha trabajado como coproductora, codirectora e investigadora en documentales como Voces de Guerrilla, de 2018, sobre el proceso de paz, y Bajo Fuego, 2020, en el que se refiere la problemática de los cultivadores de hoja de coca a los que el gobierno incumplió las promesas de sustitución de cultivos. Es la primera ministra de Minas y Energía que proviene del activismo ambiental y no de los sectores extractivistas; tampoco tiene antecedentes en ese ministerio la rendición de cuentas de su gestión en la que hubo cero corrupción. En su gestión defendió su compromiso con la transición energética justa.

María Fernanda Carrascal Rojas es representante a la Cámara por la circunscripción de Bogotá de la actual legislatura, elegida en lista cerrada del partido Colombia Humana (del Pacto Histórico, la coalición de gobierno). nacida en la capital del país, es profesional en Relaciones Internacionales por la Universidad del Rosario, becaria del programa de Liderazgo por Bogotá de la Universidad de los Andes, así como Especialista en Gobierno, Gerencia y Asuntos Públicos de la Universidad Externado de Colombia. En el ámbito político, fue asesora en la Unidad de Trabajo Legislativo, UTL, del senador Inti Asprilla, y también columnista, conferencista y analista en diferentes medios de comunicación. Creó Ideas por Bogotá, y ha sido activista política de las campañas #NoAlGrupoAVAL de Sarmiento Angulo, #RenuncieFiscal (contra el exfiscal Néstor Humberto Martínez) y #ElPaísPrimero (encargada de promover la unión de los sectores alternativos y progresistas para la segunda vuelta presidencial en las elecciones de 2018). Ganó el premio Líder Emergente menor de 30 años en The Napolitan Victory Awards en Washington. En la Cámara de Representantes hace parte de la Comisión Séptima Constitucional permanente, desde donde ha asumido una enfática defensa de la reforma laboral. En 2022 publicó el libro Más allá de la indignación: Ciudadanía, activismo y política.

Todas estas funcionarias y exfuncionarias, al igual que otras, son una muestra palmaria de que las mujeres pueden llegar al poder y desempeñar un excelente papel en diversos cargos de responsabilidad pública. Son una esperanza del Pacto Histórico. Tienen, todas ellas, un futuro promisorio. Las que han salido del gobierno no alcanzaron a postularse para los gobiernos locales y regionales, pero están preparadas para esos cargos, además de ser lideresas en temas de creciente interés en el mundo como la salud pública, el medio ambiente, la transición energética y los temas laborales.

Desafortunadamente, contra las ministras mencionadas, y en particular contra Carolina Corcho e Irene Vélez, se ha presentado la más feroz arremetida gremial y mediática. Esos ataques eran previsibles, dado que las reformas que estaban encargadas de adelantar afectan de modo directo a los intereses de los dueños de las EPS y de grandes empresas mineras y petroleras. El presidente Petro terminó cediendo ante las presiones y las sacrificó, pero esa lucha continúa en manos ahora de los nuevos ministros. En todo caso, la doctora Corcho, dadas sus cualidades profesionales y su claridad y compromiso políticos, desde ya debería prepararse para concurrir como candidata en próximas elecciones presidenciales.

Por último, se hace un llamado a los sectores populares, y en especial a los movimientos feministas como la Unión Femenina de Colombia, la Red Nacional de Mujeres, la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad o el Colectivo de Pensamiento y Acción “Mujeres, Paz y Seguridad”, para que manifiesten su respaldo a la gestión de esta nueva generación de liderazgos femeninos; el apoyo que ha habido hasta ahora ha sido mínimo, insuficiente.